Media docena de inmuebles históricos siguen en desuso en el centro coruñés

Imagen de las oficinas municipales de la Fábrica de Tabacos de hace tres años | javier alborés

Se suele señalar a la antigua prisión provincial como un caso grave de abandono patrimonial por parte de las autoridades, pero no es el único inmueble importante, emblemático e incluso histórico que se encuentra sin uso en el centro de la ciudad. Ponerlos en marcha, reformándolos y dotándolos de actividad, es todo un desafío al que se enfrenta el Gobierno local en la recta final de su mandato: la Fábrica de Tabacos,  la Comandancia de Obras, las antiguas cocheras de Tranvías, la casa de Veeduría y la lágrima de San Roque son algunos de los ejemplos más relevantes.


De todos estos, el de la casa de Veeduría, en la Ciudad Vieja, es el que se encuentra más cerca de comenzar una nueva etapa y, en realidad está en uso. Gracias a la inyección económica de 1,5% cultural de Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) este edificio del siglo XVII que ya acoge el centro cívico tendrá más espacio que ofrecer para zonas de estudio, o coworking. En febrero, la Junta de Gobierno local aprobó las obras que comenzarán el próximo mes.


En el caso de la Comandancia de Obras, un antiguo complejo militar situado en la avenida de Orillamar, el Gobierno local ha tenido severas dificultades en retomar el proyecto que dejó a medias la Marea Atlántica. El Gobierno central invirtió un millón de euros en las obras de un centro juvenil llamado Naves de Metrosideiro, pero cuando ya estaban avanzadas, se descubrió un error en el sistema de ventilación. En junio, se aprobó la inversión de 600.369 euros para solucionarlo y las obras comenzarán en octubre. Lo que no ha conseguido el Gobierno local es impulsar la reforma del edificio principal de la Comandancia de Obras, que debía convertirse en un albergue de peregrinos.  Los técnicos municipales la revisaron y en su informe, que enviaron a la Xunta hace un año, determinaron que presentaba defectos estructurales que era necesario corregir y que costarían más de los 1,5 millones de euros que la Xunta ha ofrecido. Eso fe a finales de 2021, y no ha habido novedades desde entonces.  


La Fábrica de Tabacos


Otro caso importante es el de la Fábrica de Tabacos. Cuando se reformó para convertirla en la nueva sede de la Audiencia Provincial la Xunta reservó un espacio para oficinas municipales. Eso sí, solo dejó el forjado en cada planta, así que el proyecto suponía invertir tres millones de euros. De eso hace más de tres años. El Gobierno de Inés Rey pretende trasladar allí las oficinas de Servicios Sociales, que están en muy malas condiciones, pero no hay fecha para reformar estos de 3.500 metros cuadrados.


Otro proyecto en el aire es de la cochera de Tranvías, en el Paseo Marítimo, cerca de la prisión provincial. El edificio singular, que alojó a los tranvías históricos, lleva dos años cerrado, presa del óxido y las malas hierbas y sin ningún plan de uso. Más demora lleva la llamada lágrima o atalaya de San Roque, frente a la plaza de España, cuya reforma lleva en suspenso desde hace años. Existe un proyecto, y el Ayuntamiento ha mostrado su disposición a buscar un uso para los locales vacíos pero ha tenido más éxito con pequeños inmuebles como el Remanso o Copacabana, que sí han regresado a la vida. 

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