Fue un momento histórico: el 13 de enero la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, acudió a la ría de O Burgo para anunciar el comienzo de las obras de dragado, que salvarían el ecosistema, amenazado por los lodos que asfixian lentamente. En ese momento, Ribera dio un plazo muy concreto: en diez días comenzarían las obras. Pero ayer se cumplieron dos meses desde ese acto y las máquinas todavía no han hecho acto de presencia en los márgenes de la ría.
Quien tiene la última palabra es Demarcación de Costas, cuyo jefe en Galicia es Rafael Eimil pero, por el momento, no ha hecho pública ninguna explicación de este retraso, a pesar de las quejas de las autoridades locales, entre otras. Todo están impacientes porque comiencen unos trabajos que se han demorado durante décadas y que se prolongarán tres años, hasta 2025.
Por el momento, solo se han realizado algunos trabajos preliminares, como la retirada, hace un mes, de elementos del área de calistenia del parque de Culleredo, junto al Paseo Marítimo, puesto que el terreno será necesario para instalar la maquinaria y los depósitos de lodos. El parque se desplazará unos metros, en el mismo paseo, en dirección al puente de O Burgo.
Cuando comiencen los trabajos (sea cuando sea) este tramo del paseo, a la altura de La Cros, quedará cortado al tránsito de peatones y bicicletas, aunque de momento continúan siendo accesibles. Cuando no lo sean, se habilitará un itinerario en Juan Carlos I.
El calendario es el único cabo suelto que queda después de que, tras meses de discusiones, se llegara a un acuerdo referente a las indemnizaciones de los mariscadores. Este colectivo es el más afectado por las obras, y como estarán más de dos años sin poder faenar, es necesario que se le proporcionen subsidios, pero la Xunta y el Gobierno central no se ponen de acuerdo sobre de quién es la responsabilidad. La primera aseguraba que era de Madrid, puesto que las obras las sufraga el Gobierno central a través de Demarcación de Costas, mientras que Transición Ecológica insistía en que no tiene competencias en el sector pesquero, que son de la Consellería do Mar, y que debía ser esta quien abonara las compensaciones.
Finalmente, el tres de febrero, el Mnisterio de Transición selló un acuerdo con la Consellería do Mar por el que se comprometió a trasladar los fondos necesarios para las compensaciones a los mariscadores mientras duren los trabajos de dragado de la ría de O Burgo Así lo establecieron en una reunión mantenida en A Coruña entre el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; la conselleira, Rosa Quintana, y los propios afectados.
En total, el Gobierno destinará unos tres millones de euros en los dos años que durará el dragado. La Cofradía de Pescadores enviará mensualmente una facturación a la Xunta, que hará los trámites, los remitirá al Gobierno y éste efectuará el pago de las indemnizaciones. El presidente de la entidad, Manuel Baldomir, explicó que hicieron una estimación del 38% de los topes de facturación en marisqueo a pie y un 31% en marisqueo a flote. Solventado este problema solo queda comenzar las obras.