Sánchez, el protocolo y el poder

La impaciencia le pierde. Hubo un momento en el transcurso de los prolegómenos del acto inaugural del AVE entre Madrid y Murcia que retrató el deficiente conocimiento que tiene Pedro Sánchez de las normas de protocolo cuando la primera autoridad presente en un acto público es el Rey de España. Pedro Sánchez no es el Jefe del Estado, y en razón de esa circunstancia, en los actos público en los que coinciden ambas autoridades la prelación corresponde al rey Felipe VI quien, en las imágenes que recogieron el momento, se le ve con cara seria cuando Sánchez le rebasaba para a saludar al subsecretario de Transportes que aguardaba la llegada de la comitiva. Poco después, Sánchez entró antes que el Rey en el vagón del AVE que aguardaba en la estación.


No es la primera vez que Pedro Sánchez ha dado pie a escenas semejantes. Su narcisismo y afán de protagonismo delata algún tipo de carencia de etiquetado poco favorable. Pasando de lo gestual a lo político la cosa se complica porque en ése ninguneo de apariencia casualsubyace un mensaje de poder. Sánchez se ve a sí mismo como el vértice de la pirámide institucional. Pero no le asiste esa condición. Nuestra Constitución (Art.56 ) deja muy claro qué a quien corresponde el desempeño de ése papel es al Rey que es el Jefe del Estado, “símbolo de su unidad y permanencia” y por eso arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones.


Atravesamos días muy tensos en razón de los proyectos de ingeniería jurídica introducidos de manera exprés por el Gobierno para cambiar las leyes orgánicas que rigen los nombramientos del CJPG y el Tribunal Constitucional. Al hilo de esa situación algunas fuentes señalan que Felipe VI y Pedro Sánchez estuvieron departiendo durante el trayecto sobre esta cuestión. Al parecer el presidente del Gobierno quería que el Rey se manifestara sobre las reformas y el Tribunal Constitucional. Estamos a las puertas del discurso de Navidad. El Rey habría mencionado que el suyo es un poder arbitral y la cosa quedó ahí.


Sánchez tiene prisa. El viaje inaugural del AVE transcurrió antes de que se conociera la decisión de TC de suspender la reforma promovida por el PSOE y Podemos para cambiar sin debate las mencionadas leyes orgánicas. Felipe VI lleva años demostrando que sabe estar en su sitio y cabe pensar que también en esta ocasión sabrá qué tiene que decir el día de Nochebuena como Jefe del Estado.

Sánchez, el protocolo y el poder

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