El ganador es… ¡Marruecos!

El historiador alemán Ludwig von Rochau acuño el término realpolitik (Foundations of Realpolitik, 1853) que definía como la capacidad política de un país -él pensaba en Alemania- de adaptarse a la realidad para actuar de manera pragmática en beneficio de sus intereses nacionales.


El concepto hizo fortuna y es utilizado por los políticos cuando quieren justificar las estrategias y prácticas de sus países en las complejas relaciones con otras naciones ideológicamente distantes, en línea con lo que dijo Lord Palmerston  “Las naciones no tienen amigos ni enemigos permanentes, solo intereses permanentes”, que equivale a aceptar que la  diplomacia pasa del bien común y de los grandes principios de la humanidad.


Me acordé de la idea de Rochau siguiendo la reciente cumbre hispano-marroquí en la que Marruecos jugaba en casa, aplicó su realpolitik y ganó claramente la cumbre. Desplante de Mohamed VI aparte, el comunicado final de “respeto mutuo y evitar todo lo que ofenda a la otra parte” quiere decir que nuestro vecino seguirá reivindicando Ceuta y Melilla, abrirá las fronteras cuando estime oportuno y permitirá la salida de inmigrantes cuando le convenga.


Por parte de España quiero pensar que los acuerdos económicos fueron favorables a las empresas y a otras transacciones comerciales. En lo demás, el Gobierno español ratificó su apoyo al plan marroquí sobre el Sahara, decisión unilateral del presidente sin que se sepa por qué cambió la tradicional posición de España y hundió las relaciones con Argelia. Y poco más.


Hay dos hechos relacionados con esta cumbre que llaman la atención. El primero, la ofrenda floral a Hassan II. El presidente Sánchez se olvidó de la “memoria histórica” para homenajear al monarca que gobernó con el mismo puño de hierro que Franco, al que sacó de Cuelgamuros. Aplicó “su realpolititik” en un extraño desdoblamiento de personalidad, como el doctor Jekyll y el señor Hyde, en España sacando a Franco de la tumba y en Marruecos llevando flores al dictador.


El segundo hecho, igual de extraño, se produjo unos días antes de la cumbre. El Parlamento Europeo debatió el 19 de enero una propuesta que instaba a Marruecos a respetar los derechos humanos, la libertad de expresión y de prensa y garantizar un juicio justo a los periodistas encarcelados. Toda la Eurocámara voto a favor, excepto los socialistas españoles que lo hicieron en contra por orden de su partido, es decir, del secretario general.  


Tanto la ofrenda floral, como ese voto en la Eurocámara no encajan en un gobierno de progreso. “Qué sabe Marruecos de Sánchez para que él se arrodille tan vergonzosamente, qué hay en su teléfono? Queremos saber”, escribió otro internauta. Pues eso, todos queremos saber. 

El ganador es… ¡Marruecos!

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